(Pintura: “Amalia de Llano y Dotres, Condesa de Vilches”.
Federico de Madrazo, 1853.)
La pintura hace presente los ausentes, presenta como vivos a
los que murieron hace siglos (…) Nunca darás con algo tan preciado. El marfil,
las gemas y otras cosas preciosas semenjantes se hacen más preciosas en manos
del pintor. El mismo oro, tiene mucho más valor que el simple oro. Incluso el
plomo, el más vil de los metales, sería considerado más precioso que la plata
ruda y sin elaborar (…).
El pintor Zeuxis empezó a dar sus obras porque, como él
mismo decía, no tenían precio.
NO HABÍA PRECIO QUE PUDIERA SATISFACER A QUIEN LLEGA A SER
CASI UN DIOS ENTRE LOS MORTALES.
Leon Battista Alberti, “De Pictura”, 1436.
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