viernes, 18 de mayo de 2012

Se quedará en una de esas historias de sábado noche

Sí, tienes razón, podría darte mi número, y habría una pequeña posibilidad de que tú me llamaras, y yo esperaría que lo hicieras.
Quedaríamos en algún sitio y al principio los dos nos sentiríamos especialmente torpes con las palabras. Te diría cosas sin sentido por los nervios y tú me pegarías una patada por debajo de la mesa, pero nos reiríamos y a partir de ahí todo se volvería más fácil. Y Jugaríamos a pagar rondas de vergüenza hasta llegar a emborracharnos, brusquedad por besarnos. Se nos haría la mañana siguiente, presentándonos desnudos en el sofá y estaríamos bromeando acerca de la necesidad de repetirlo. Quedaríamos muchas veces más, al principio buscando excusas, después excusándonos por no hacerlo. Y todo sería sospechosamente perfecto: la cama, la risa, el ejército de hormigas en el vientre...

Y de repente, llegaría la mañana en que te das cuenta de que estás queriendo con la cabeza, el corazón, el humor y el sexo. Con suerte ninguno de los dos enfermaría de cobardía, y no nos arañaríamos demasiado. Al principio, no le daríamos importancia a los enfados, y luego nos enfadaríamos sin importarnos. Nos creeríamos invencibles, pero llegaría la noche fría en la que me pondrías la mano encima y ya no la sentiría. O el momento en el que tú aborrecerías mi manera de contarte como me ha ido el día...

Puede que hasta consiguiéramos fingir lo suficiente como para pretender que el desencanto no resulte tan doloroso. Como mínimo uno de los dos saldría golpeado, y no es que me acojone la posibilidad de que me hagas daño… Pero últimamente me sale la pereza por los poros, se me ha dormido el corazón y no encuentro por ningún lado mis ganas de querer.



Además, lo que yo quiero es un amor del revés, uno que empezara mal y terminara bien. Uno que empezara con gritos, siguiera con caricias y terminara con besos eternos. Un amor real, de los que de pronto no puedes deshacerte, porque él no sale de tu cabeza, porque cuando por fin lo ves pase el tiempo que pase, todo gira alrededor de vosotros dos, porque un roce de su mano vale más que cualquier cosa, porque una sonrisa hace que tu día sea perfecto, aún sin tener casi ni idea de cómo saben sus labios o de cómo es despertarse a su lado…un amor del revés.

Pero creo que tú no podrás dármelo, así que, no te daré mi número, nunca podrás llamarme y lo nuestro se quedará en una de esas historias de sábado noche que olvidas al día siguiente. En un par de besos en el rincón más oscuro de este oscuro bar.
O quizá no... quizá cuando vuelva a Madrid, un día coincidamos en el mismo vagón de metro, nuestras miradas se encuentren... y el mundo desaparezca.

Yo lo que quiero es un amor del revés, un amor que no terminara nunca.
Ai-Senshi


Creative Commons License
Sekai No De Ai Wo Seken Dekemono by Oosaki is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.