En una habitación encerrados.Solos, tú y yo.
Rodeados de alcohol, humo y hormonas.
Las luces se apagan y tratamos de encontrarnos.
Tropezamos.
Una luz aparece de repente e ilumina la habitación.
Estás delante de mí.
Veo como te bebes media botella de Bourbon y en el último trago, me llevas hacia a ti y tus labios entran en contacto con los míos.
Fríos.
Húmedos.
Saboreo.
Trago.
Nos sentamos uno frente al otro.
Me enciendo un cigarro y expulso el humo creando una atmósfera que hace que nos cueste respirar.
Bésame hasta que me quede sin aliento.
Nos aproximamos.Por turnos, nos acariciamos sin llegar a tocarnos. Dibujamos en el aire.
Labios que no se llegan a besar.
Lenguas que no se llegan a rozar.
Se quedan en intenciones.
Centímetros. Milímetros.
La excitación comienza.
Los grados del alcohol comienzan a subir.
Las manos acarician.
Los labios se besan.
Las lenguas rozan cada centímetro del cuerpo del otro.
Pronto nos encontramos en el suelo revolcándonos.
Sudor.
Me levantas y me empujas hacia la pared.
No tengo salida, soy tuya, entera.
Pronto comienzo a notar el roce y el tacto de tus manos.
Sudores fríos y el alcohol sigue subiendo.
Las hormonas se desbordan.
Nuestros besos enloquecen y nuestras lenguas se entrelazan.
Nuestros gemidos y respiraciones crean una melodía erótica que hacen que el ritmo aumente y disminuya.
Alcohol en vena.
Sexo salvaje.
Aráñame hasta que se me desgarre el alma.
Y muérdeme hasta que arranques mi piel.
Sudor.
Explosión de sensaciones.
Sofocos.
Nuestros pulmones se pelean por obtener oxigeno y estabilizar nuestra respiración.
Pronto el sueño se apodera de nosotros y la mañana de un nuevo día comienza.
Cuerpos desnudos y el Sol entra por la ventana de la habitación.
·Ai Senshi ~
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